Esconderme dentro de una careta
Me presento, me llamo Luisa. Soy hija de una madre con diferentes diagnosticos, entre ellos el borderline. Mi historia va a ser algo diferente ya que yo también sufro de TLP.
Mi madre al igual que yo nació en una familia desestructurada; cuyos padres no le prestaban atención (por ser la hija del medio y no ser varón) además, de tener a un padre luchando contra un cáncer. Más de un vez me ha comentado sobre la poca relación que tenía con gente de su edad, como se llegó a escapar de su casa unas cuantas veces a una edad muy temprana y tener pensamientos suicidas. Sé que llevaron a mis tíos y a mi madre al psicólogo, mas no siguieron la recomendación de seguir en tratamiento ya que tenía conductas «anormales».
A los 18 años mi madre conoció a mi padre y cayó en una fuerte dependencia emocional. Al año se quedó embarazada de mi hermano y ocho años después de mí. Entre que se tuvieron que mudar a otro continente y que cuando me tuvo a mí cayó en una terrible depresión post-parto, sus síntomas incrementaron. Así que a mis 5 años se divorciaron y a mi madre se le cayó el mundo encima. Así que estábamos, una madre (mentalmente inestable y que apenas podía con su vida) y dos hijos uno de 14 y otra de 6. A todo esto nuestro padre apenas se hacía cargo de nosotros, literalmente le veíamos 2 semanas al año.
Esto supuso que durante los siguientes 6 años mi madre tuviera diferentes intentos autolíticos e ingresos en psiquiatría, donde por fin la diagnosticaron y comenzó su tratamiento. Apenas la veíamos, no llegaba a pasar más de un mes en casa; con suerte tenía la ayuda de mis tíos. Aunque más tarde llegó una gran ayuda desde Servicios Sociales, una asistenta social domiciliaria que nos acompañaría los próximos 10 años.
Después, de casi 15 años de terapia intensiva por fin está empezando a ser una persona funcional y con ambiciones. Le están bajando la medicación y es la primera en pedir ayuda cuando tiene brotes.
Por mi parte, después de unos 13 años de terapia, varios intentos autoliticos (y autolesiones durante 10 años) y diferentes diagnósticos en la infancia: me diagnosticaron TLP. Mi madre se siente culpable, ya que en parte es genético y sigue sin poder hacer al 100% el papel de madre. Cuando me ve mal tengo que ocultarlo porque mi malestar lo convierte en suyo, algo que es recíproco (ya que ambas tenemos dependencia emocional).
Ahora mismo no vivo en casa de mi madre porque me echó y me dijo cosas muy hirientes; lo peor, que le daba igual que me muriese y que el suicidio era caer muy bajo. E intentado recuperarme, aunque me siento incomprendida por los mismos que me deberían ayudar. Asimismo, tengo que esconderme dentro de una careta que solo sale cuando somatizo los síntomas y pareciera que voy a convulsiónar o descargo mi ira.
Luisa, España