Siempre fui «demasiado» para todo
Me llamaban “muñeca brava” por mi “carácter” un tanto difícil. Siempre hacía las cosas en exceso. Lo “demasiado emocional”, “demasiado histérica”, “demasiado volátil”, “demasiado brava”, “demasiado impulsiva”, “demasiado sexual” y “demasiado borracha”.
No sabía nada de lo que me pasaba. Iba al médico y no había resultados. Seguía gastando y bebiendo, entre otras conductas impulsivas. Gasté miles de dólares y ya no recuerdo en que los gasté. Miro hacia atrás y me duele ver como desesperada no sabía qué me pasaba. No lo relacionaba, no relacionaba el gasto y alcohol con un trastorno mental. Era horrible, explotaba en ira, tiraba sillas, objetos y gritaba para hacerme entender. Miro hacia atrás y me duele.
Pero “a lo hecho pecho”. En ese momento no sabía cómo afrontar mis problemas. No sabía que había un rayo de luz y esperanza para poder mejorar en este trastorno. Ya hace un año vivo, con esperanza e ilusión. Sabiendo que la vida es como es y hay que aceptarla con los momentos tristes y felices. Hoy vivo, no sobrevivo el día.
Hoy decido que ya basta de ser “demasiado”, decido vivir mi vida baja, él es “suficiente”. Sé que ahora soy “suficiente leal”, “suficiente amorosa, “suficiente cariñosa”, “suficiente intensa”, “suficiente creativa”. Soy SUFICIENTE.
Mis demasiados también me hacen suficiente. Y para mí esa es la única validación que necesito. Soy suficiente para mí y para seguir luchando por mi bienestar mental.