Uno de los días más felices de mi vida
Vivo con los síntomas del TLP desde que tengo uso de memoria. Desde que era niña mis familiares y amigos me decían que era una loca. Me lo dijeron tanto que me lo creí. Hasta que un día en la clase de Psicopatología vimos el Trastorno de Personalidad Límite…fue uno de los días más felices de mi vida. Lo que siempre había experimentado tenía sentido, tenía nombre y no, no estaba loca.
Tengo 50 años y ya los síntomas han disminuido en intensidad. Ya no abuso de las drogas y ni el alcohol, ya no tengo sexo casual con personas diferentes, ya no peleo en las calles, ya no compro compulsivamente, pero sigo sintiendo ese dolor emocional intenso que siento recorrer por mis venas y esa sensación de vacío inexplicable. Hay veces que es tan intenso que lo único que me calma el dolor es golpearme, lo hago hasta que el dolor físico es más fuerte y lo hace desaparecer. Es entonces cuando logro estar en calma y sentirme bien. Tengo una persona muy buena a mi lado, pero todos los días temo perderlo. Él no sabe que tengo TLP porque me avergüenza decírselo, de seguro me dejará.
Me niego a seguir tomando la Fluoxetina porque pienso que no me funciona. Cuando la tomaba me sentía igual de mal. No pude seguir la terapia DBT porque me quedé sin trabajo.
Susana, Panamá